Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 120

—Sí. En m i apartam ento nuevo. —¡Has encontrado uno! Se rio y asintió. —Pero habrá que pedir algo, lo que cocino no es exactam ente com estible. —Me lo com ería de todas form as —dij e, sonriéndole. Parker echó una m irada a la habitación y m e conduj o al vestíbulo. Con delicadeza, m e apoy ó contra la pared y m e besó con sus suaves labios. Sus m anos estaban por todas partes. Al principio, m e dej é lle- var, pero, después de que su lengua se adentrara entre m is labios, m e invadió el nítido sentim iento de que estaba haciendo algo mal. —Ya vale, Parker —dij e, desem barazándom e de él. —¿Pasa algo? —Sim plem ente m e parece que es de m ala educación enrollarm e contigo en una esquina oscura m ientras m is invitados están ahí fuera. Sonrió y m e besó de nuevo. —Tienes razón. Lo siento. Solo quería darte un beso de cum pleaños memorableantesdeirme. —¿Ya te vas? —Me tocó la m ej illa. —Tengo que levantarm e dentro de cuatro horas, Abs. Apreté los labios. —Está bien. ¿Nos vem os el lunes? —Nos vem os el lunes. Me pasaré a verte cuando vuelva. Me llevó a la puerta y m e dio un beso en la m ej illa antes de irse. Me di cuenta de que Shepley, Am erica y Travis no m e quitaban el oj o de encima. —¡Papi se ha largado! —gritó Travis cuando la puerta se cerró—. ¡Hora de em pezar lafiesta! Todo el m undo coreó sus palabras, y Travis m e llevó al centro del piso. —Un m om ento… Tengo un horario que cum plir —dij e, llevándo- lo de la m ano hasta la encim era. Engullí otro chupito y m e reí cuando Travis cogió uno delfinalylochupó.Cogíotro,melotraguéyélhizolomismo. —Siete m ás, Abby —dij o Brazil, m ientras m e entregaba otros dos billetes de veinte dólares. Me sequé la boca m ientras Travis tiraba de m í de nuevo hacia el sa-