Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 116

—¡Gracias, Abby ! Cam inam os hasta la parte trasera del edificio, y Am erica respiró hondo antes de llam ar a la puerta. Esperam os, pero nadie vino a abrir. —¿Es posible que no esté en casa? —pregunté. —Claro que está en casa —respondió ella, irritada. Golpeó la m adera con el puño y la puerta se abrió sola. —¡FELIZ CUMPLEAÑOS! —gritó la m ultitud que esperaba dentro. El techo era de burbuj as rosadas y negras, puesto que cada pulga- da estaba cubierta de globos de helio, con largas cuerdas plateadas que colgaban sobre las caras de los invitados. Estos se separaron y Travis se acercó a m í con una am plia sonrisa, m e cogió por am bos lados de la cara y m e besó la frente. —Feliz cum pleaños, Palom a. —No es hasta m añana —dij e. Todavía conm ocionada, intenté sonreír a todos los que m e rodeaban. Travis se encogió de hom bros. —Bueno, com o te habían avisado, tuvim os que hacer algunos cam bios de últim a hora para sorprenderte. ¿Lo hem os conseguido? —¡Desde luego! —dij e, m ientras Finch m e abrazaba. —¡Feliz cum pleaños, nena! —dij o Finch, m ientras m e daba un beso en los labios. Am erica m e dio un codazo suave. —Menos m al que te he llevado conm igo o ¡te habrías presentado aquí con un aspecto horrible! —Tienes un aspecto genial —dij o Travis, dando un repaso a m i ves- tido. Brazil m e abrazó y j untó su m ej illa contra la m ía. —Y espero que sepas que la historia de Am erica de que « Brazil da escalofríos» era solo un cuento para traerte aquí. Miré a Am erica y m e sonrió. —Funcionó, ¿no? Después de que todo el m undo m e abrazara y m e felicitara por tur- nos, le dij e a Am erica al oído: —¿Dónde está Parker? —Vendrá m ás tarde —m e susurró ella—. Shepley no ha conseguido avisarlo hasta esta m ism a tarde.