Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 114

el techo del coche y m e recordaban la elección que, de repente, se m e planteaba. Travis quería una respuesta y y o no la tenía. —Vale, Abby. ¿Qué te pasa? Has estado m uy callada. —Es todo este rollo con Travis… Es un lío. —¿Por qué? —dij o ella, subiéndose las gafas de sol arrugando la nariz. —Me ha preguntado qué estábam os haciendo. —¿Y qué estás haciendo? ¿Estás con Parker o qué? —Me gusta, pero solo ha pasado una sem ana. No vam os en serio, ni nada parecido. —Sientes algo por Travis, ¿no? Negué con la cabeza. —No sé qué siento por él. Es que, sim plem ente, no creo que sea posible, Mare. Es una m alapieza. —El problem a es que ninguno de los dos está por la labor de ha- blar abiertam ente. Os asusta tanto lo que pueda pasar que os resistís con uñas y dientes. Sé a ciencia cierta que, si m iraras a Travis a los oj os y le dij eras que lo quieres,novolveríaamiraraotramujer. —¿Y dices que lo sabes a ciencia cierta? —Sí. Tengo acceso privilegiado a la fuente, ¿recuerdas? Me detuve a pensarlo un m om ento. Travis debía de haber estado hablando sobre m í con Shepley, pero Shepley nunca favorecería una relación entre los dos diciéndoselo a Am erica, porque sabía que ella m e lo diría; eso m e llevaba a la única conclusión posible: Am erica los había oído por casualidad. Quería preguntarle qué habían dicho, pero lo pensé m ej or. —Esa situación solo puede llevarm e a acabar con el corazón roto —dij e sacudiendo la cabeza—. No creo que Travis sea capaz de ser fiel. —Tam poco era capaz de ser am igo de una m uj er, y habéis conse- guido dej ar a toda la universidad con la boca abierta. Toqué la pulsera y suspiré. —No sé. No m e im porta cóm o están las cosas. Podem os ser solo am igos. Am erica dij o que no con la cabeza. —Excepto por el problem a de que no sois solo am igos. —Soltó un suspiro—.