Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 107

Travis parecía volver a estar profunda y plácidam ente dorm ido, así que decidí irm e a la ducha, deseando que el ruido de alguien m oviéndo- se por la casa acallara los gem idos de Shepley y Am erica, y los cruj idos y golpes de la cam a contra la pared. Cuando cerré el grifo m e di cuenta de que a ellos no les preocupaba quién pudieraescuchar. Me peiné y puse los oj os en blanco al escuchar los agudos gritos de Am erica, que se parecían m ás a los de un caniche que a los de una actriz porno. Sonó el tim bre de la puerta, cogí m i bata azul y m e aj usté el cinturón m ientras atravesaba corriendo la sala de estar. Los ruidos de la habitación de Shepley se acallaron inm ediatam ente y, al abrir, m e encontré la cara de Parkersonriendo. —Buenos días —dij o. Con los dedos m e llevé el pelo m oj ado hacia atrás. —¿Qué estás haciendo aquí? —No m e gustó la m anera en que nos despedim os anoche. Por la m añana he salido a por tu regalo de cum pleaños y no podía espe- rar a dártelo. Así que… — dijo,sacandounacajitabrillantedelbolsil lo—,felizcumpleaños,Abs. Me puso el paquete plateado en la m ano, y m e incliné para besarle la m ej illa. —Gracias. —Venga. Quiero ver tu cara cuando lo abras. Metí el dedo por debaj o del celo por la parte inferior de la caj a y luego arranqué el papel, pasándoselo a él. Era una pulsera de oro blanco con una fila de diam antes engarzados. —Parker —susurré. —¿Te gusta? —dij o con su deslum brante sonrisa. —Sí —dij e, m ientras lo sostenía delante de m í, asom brada—, pero es dem asiado. No podría aceptar esto aunque hubiera estado sa- liendo un año contigo,ymuchomenosdespuésdeunasemana. Parker gesticuló. —Pensé que dirías eso. He buscado arriba y abaj o toda la m añana para encontrar un regalo de cum pleaños perfecto y, cuando vi esto, supe que solo hay un sitio donde pueda estar —dij o, cogiéndolo de m is m anos y abrochándom ela alrededor de la m uñeca—. Y tenía razón. Te quedaincreíble.