Maravilloso desastre Maravilloso Desastre | Page 100

y luego se relaj ó, estrechándome fuerte contra él. Le m iré a los oj os y sonreí. —Gracias por organizar m i fiesta de cum pleaños. ¿Puedo aceptar la invitación para cenar otrodía? Un m ontón de em ociones se m ostraron en la cara de Travis, y lue- go las com isuras de su boca se curvaron haciaarriba. —¿Mañana? Lo abracé y dij e con una gran sonrisa: —Pues claro. —Me despedí con una m ano m ientras Parker m e agarraba la otra. —¿Qué pasaba? —preguntó Parker. —No nos hem os llevado m uy bien últim am ente. Esa ha sido m i versión de hacer las paces con una ram a de olivo. —¿Debería preocuparm e? —preguntó abriendo la puerta de m i casa. —No. —Le besé la m ej illa. Durante la cena, Parker habló sobre Harvard, la Casa y sus planes de buscar unapartamento.Suscejasseenarcaron. —¿Te acom pañará Travis a la fiesta de cum pleaños? —No estoy m uy segura. No ha dicho nada sobre eso. —Si a él no le im porta, m e gustaría ser y o quien te llevara. —Me cogió la manoenlassuyasymebesólosdedos. —Le preguntaré. La idea de la fiesta fue suy a, así que… —Entiendo. Si no, sim plem ente te veré allí. —Sonrió. Parker m e llevó al apartam ento y se detuvo en el aparcam iento. Cuando se despidió besándom e, sus labios perm anecieron en los m íos. Subió la palanca del freno de m ano m ientras sus labios iban a lo largo de m i m andíbula hasta alcanzar m i orej a, y luego baj aron a lo largo de m i cuello. Me pilló desprevenida y suspiré suavem ente com o respuesta. —Eres tan bonita… —susurró—. He estado trastornado toda la noche con ese pelo recogido que dej a a la vista tu cuello. Me acribilló el cuello con besos y y o exhalé un m urm ullo con m i aliento. —¿Por qué has tardado tanto? —Sonreí, m ientras levantaba m i m entón para darle m ej or acceso. Parker se centró en m is labios. Me agarró la cara y m e besó con m ás firm eza de lo habitual. No había m ucho sitio en el coche, pero aprove-