ciones de minimis y las capturas
que presenten daños causados
por depredadores.
En efecto, en cada uno de los
planes de descartes se han es-
tablecido las especies que, se-
gún los científicos, tienen alta
probabilidad de sobrevivir si son
devueltas al mar tras su captura.
Por ejemplo, rayas en las zonas
VI, VII, VIII y IX, cigala en las sub-
zonas VIa, VII, VIII y IX, solla en
las divisiones VIId, e, f y g o besu-
go en la división IXa. Además, se
permite la práctica del “slipping”,
es decir, abrir el cerco y liberar las
capturas de anchoa, jurel o caba-
lla antes del izado completo del
arte a bordo.
Así mismo, en dichos planes
se establecen las exenciones “de
minimis”, es decir, el porcenta-
je de capturas de determinadas
especies que podrán seguir des-
cartándose. Sin ser exhaustivo,
se podrá descartar hasta el 3%
del lenguado en las subzonas
VII d, e, f, g capturados con re-
des de enmalle o trasmallos; el
7% del eglefino y el bacalao en
la zona VII b, c, e-k y el 7% de
caballa y jurel en las zonas VI y
VII b-k capturadas con arrastre
de fondo; y el 4% de gallos, solla,
rape, merlán y abadejo de la sub-
zonas VIII y IX.
Por otro lado, podrán seguir
descartándose las especies con
daños causados por depredado-
res, como aves, tiburones u otros
peces carnívoros, mamíferos ma-
rinos, etc. Y también las especies
expresamente prohibidas en los
reglamentos de TAC y cuotas, y
que cada año se publican en el
DOUE.
Además, se prevén otros dos
mecanismos para ayudar a los
pescadores: el primero, la flexibi-
lidad interespecies, permite a los
pescadores anotar capturas de
especies accesorias con cargo a
cuotas de especies principales,
hasta un máximo de un 9% de
la cuota de la especie principal.
Por ejemplo, computar eglefino
(especie accesoria) como si fuera
merluza (especie principal). El se-
gundo, la flexibilidad interanual,
permite disponer de hasta un
10% de la cuota de las especies
bajo la obligación de desembar-
que para usarlo por adelantado,
deduciéndolo de la cuota del año
siguiente. O, por el contrario, re-
servar hasta un 10% de la cuota
de un año sin usar para sumarlo
a la cuota del año posterior.
Otros aspectos importantes
son la obligación de apuntar en
el diario electrónico de abordo o,
en su caso, en el diario de papel,
todas las capturas realizadas,
sean o no descartadas; la obliga-
ción de no destinar al consumo
humano directo las especies que
no tengan la talla mínima de re-
ferencia de conservación (podrán
destinarse a harinas y aceite de
pescado, pienso para animales
de compañía, aditivos alimenta-
rios, productos farmacéuticos y
cosméticos, etc.); y, en los bu-
ques de más de 12 metros de
eslora, la obligación de almace-
nar el pescado por debajo de la
talla mínima en la bodega de for-
J avier G arat ,
C epesca y
presidente de E uropêche
secretario general de
ma separada al resto de las cap-
turas que sí alcancen dicha talla.
En cambio, los buques menores
de 12 metros no necesitan sepa-
rar en la estiba dichas capturas,
aunque sí anotarlas.
Por último, en el Consejo de
Ministros de pesca de la UE del
pasado diciembre, se acordó es-
tablecer un mecanismo de inter-
cambio de cuotas para TAC de
capturas accesorias que, de for-
ma inevitable, entran en los artes
de pesca y que están relaciona-
das con la obligación de desem-
barque. A esta bolsa de cuotas
Bélgica, Reino Unido, Francia e
Irlanda aportarán, entre otros, el
6% de sus cuotas de bacalao en
el Mar Céltico y en el Oeste de
Escocia, el 6% de merlán en el
Mar de Irlanda y el 3% de merlán
del Oeste de Escocia. A cambio,
ellos solicitan, entre otras, gallo
de la VI y VII, cigala de la VII, be-
sugo de la VI, VII y VIII o rape de
la VI y VII.
En definitiva, la complejidad no
es poca y los pescadores no tie-
nen clara la aplicación. Además,
aún existen disposiciones nor-
mativas contradictorias entre sí
que habrá que modificar. Nuestro
deseo es que ningún barco ten-
ga que parar antes de tiempo por
culpa de esta normativa y vere-
mos si es o no así conforme avan-
ce el tiempo.