Manual del Entrenador 2011 | Page 428

MANUAL PARA EL ENTRENADOR 9… b6 En el juego moderno y a nivel profesional consideramos que el peón podía entregarse en aras del desarrollo y que la torre poco lograría yendo sola por ese bocado pero eso no se entiende en un nivel de desarrollo que trae como experiencia y consigna de vida la indiscriminada captura de material ¡a la mente le lleva tiempo aprender eso! 10.0–0 11.h3 c5 Ah5 Esta retirada da lugar a una bonita combinación de sacrificio 16.-Af6!! ... Debilita el enroque quitando de en medio el peón del caballo. Si 16...g6? rehusando la entrega se da mate en h8. La amenaza es 17.-Dg5 g6, 18.Dh6 y gana. Ahora que si el alfil es capturado 16...gf, 17.-ef Te8 Dh6! repite la dosis del mate en g7. Por eso las negras se rindieron. De la partida: A. Rubinstein – R. Spielmann, Semmering, 1926. tenemos la siguiente posición: DIAGRAMA 9 12.Axh7+! 13.Cg5+ 14.Dxh5+ Rxh7 Axg5 Rg8 Indiscutiblemente la alternativa era 14…Ah6 aunque tras 15.gh Th6!, estamos en caminos de mate con torre y dama conocidos. 15.Ag5 Dc7 DIAGRAMA 8 Con su avance de peones en el flanco de rey la posición negra parece un colador de ello, el peón en h5 es sólo una extensión de las graves debilidades que los huecos negros representan. Así, Rubinstein da inicio a la operación cuadros negros trasladando a ese sector las piezas clave para tal empresa: dama-alfil. 33.De3! 34.Ac5! 35.Rh2 36.Af8! Si partimos el tablero en dos veremos que el flanco de rey es de las blancas con tres piezas atacantes. En medio de esa consideración ya es oportuno ir buscando alguna conclusión rotunda. Ajedrez 3 Modelo curricular de cinco niveles Rh7 Td1+ Txc1 … La firma de Rubinstein. Ante lo imparable del mate las negras se rindieron (1-0) 120