MANUAL PARA EL ENTRENADOR
9…
b6
En el juego moderno y a nivel
profesional consideramos que el peón
podía entregarse en aras del
desarrollo y que la torre poco lograría
yendo sola por ese bocado pero eso
no se entiende en un nivel de
desarrollo que trae como experiencia y
consigna de vida la indiscriminada
captura de material ¡a la mente le lleva
tiempo aprender eso!
10.0–0
11.h3
c5
Ah5
Esta retirada da lugar a una bonita
combinación de sacrificio
16.-Af6!!
...
Debilita el enroque quitando de en
medio el peón del caballo. Si 16...g6?
rehusando la entrega se da mate en
h8. La amenaza es 17.-Dg5 g6, 18.Dh6 y gana. Ahora que si el alfil es
capturado 16...gf, 17.-ef Te8 Dh6!
repite la dosis del mate en g7. Por eso
las negras se rindieron.
De la partida:
A. Rubinstein – R. Spielmann,
Semmering, 1926.
tenemos la siguiente posición:
DIAGRAMA 9
12.Axh7+!
13.Cg5+
14.Dxh5+
Rxh7
Axg5
Rg8
Indiscutiblemente la alternativa era
14…Ah6 aunque tras 15.gh Th6!,
estamos en caminos de mate con torre
y dama conocidos.
15.Ag5
Dc7
DIAGRAMA 8
Con su avance de peones en el flanco
de rey la posición negra parece un
colador de ello, el peón en h5 es sólo
una
extensión
de
las
graves
debilidades que los huecos negros
representan. Así, Rubinstein da inicio a
la
operación
cuadros
negros
trasladando a ese sector las piezas
clave para tal empresa: dama-alfil.
33.De3!
34.Ac5!
35.Rh2
36.Af8!
Si partimos el tablero en dos veremos
que el flanco de rey es de las blancas
con tres piezas atacantes. En medio
de esa consideración ya es oportuno ir
buscando alguna conclusión rotunda.
Ajedrez 3
Modelo curricular de cinco niveles
Rh7
Td1+
Txc1
…
La firma de Rubinstein. Ante lo
imparable del mate las negras se
rindieron (1-0)
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