MANUAL DEL DOCENTE. BORRADOR FINAL. agosto 27 . 2013 | Page 63
ninguna culpa, que el responsable es el agresor. Decirle: “tú no has hecho nada
malo”, “no es tu culpa”, “tú no has podido evitarlo”
Hacer que se sienta orgulloso u orgullosa por haberlo contado: quienes
comunican estos hechos son valientes. Decirle: “estoy muy orgulloso/a de ti
por habérmelo contado”, “has sido muy valiente “
Asegurarle que no le ocurrirá nada: que el abuso no se repetirá y no habrá
represalias. Decirle: “ahora que me lo has contado, ya no volverá a suceder”
Decirle que saldrá adelante: “sé que ahora te sientes mal, pero te vamos a
ayudar para que vuelvas a sentirte bien”
Expresarle afecto: necesita sentirse seguro/a y querido/a, sobre todo en
situaciones traumáticas como en los casos de abusos sexuales.
Hablar de lo ocurrido y del agresor: Hay que animarle a hablar del abuso y
hablar del agresor como alguien que necesita ayuda. Decirle: “¿quieres
contarme cómo ocurrió?, “te ha hecho algo malo, pero él también necesita
ayuda”
Comunicar el abuso a la familia y a la Fiscalía: hay que informar a la familia de
lo ocurrido cuanto antes, para que brinden la ayuda necesaria y protejan al o la
menor, a fin de que el abuso no vuelva a producirse. Si el abuso es
intrafamiliar, se debe informar a un familiar directo, diferente del agresor.
Lo que NO se debe hacer ante un posible caso de abuso sexual:
Culpar a la niña, niño o adolescente del abuso: lo importante es no
responsabilizar a la niña, niño o adolescente, incluso en los casos en los que el
agresor ha logrado que colabore. Nunca hay que abordarle con preguntas
como: “¿por qué le dejaste hacerlo?”, “¿por qué no me lo dijiste antes?”, “¿por
qué no dijiste NO, huiste o luchaste”?. Para la mayoría de expertos resulta
fundamental no culpabilizar, en ningún caso, a las o los menores: “LAS
VÍCTIMAS NUNCA TIENEN LA CULPA. LA CULPA, concluyen, ES SIEMPRE DEL
AGRESOR”.
Negar que el abuso haya ocurrido: “¿estás seguro/a?”, “no es verdad, debe ser
un malentendido”, “no inventes esas historias”.
Expresar alarma: angustia por el o la menor o por el agresor.
Tratar al o la menor de forma diferente: evitar tocarle, acariciarle, hablar de
él o ella como la víctima.
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