Manual de Protocolos y Procedimientos de Actuación de Enfermería en Urgencias | Page 204
UGC Cuidados Críticos y Urgencias.
Hospital Virgen de las Nieves.
La investigación ha demostrado en los últimos 20 años que el grado de fragilidad
(en sus diversas acepciones) es un predictor muy eficaz para establecer criterios
terapéuticos y de intervención en este grupo de población. Aquellas personas
calificadas como frágiles en distintos escenarios clínicos presentaban un riesgo
significativamente alto de caídas, pérdida de movilidad, disminución de sus
capacidades funcionales, aumento en la frecuencia de ingresos hospitalarios y
aumento de la comorbilidad y mortalidad.
Una definición operativa de fragilidad debería contemplar de forma integrada las
relaciones existentes entre los elementos biológicos, discapacidades y cambios en el
estado físico y funcional, así como la contribución de factores sociales, ambientales
y de comportamiento. Los pacientes frágiles se encuentran en situación de un
aumento progresivo de la demanda de cuidados, aunque esta situación es tan solo
una característica más que no define por sí sola la presencia de fragilidad.
De cualquier manera, las posiciones mas recientes acerca del concepto de
fragilidad sostienen que su núcleo se sustenta en en un aumento de la vulnerabilidad
fisiológica que resultan en un declive funcional de múltiples órganos y sistemas
En un ámbito como el de urgencias, que está organizado hacia el diagnóstico y el
tratamiento de las enfermedades, hoy por hoy, evaluamos poco o nada la capacidad
funcional y las actividades de la vida diaria. Por ello, es importante saber qué
entendemos por capacidad funcional y cómo la evaluamos, para poder detectar al
paciente frágil en urgencias y, con ello, poder mejorar la asistencia a este grupo de
población, cada vez más numerosa.
En nuestra práctica diaria enfermera, nos solemos referir a las ABVD (actividades
básicas de la vida diaria) para referirnos a la capacidad funcional del paciente, ya que
éstas marcan el nivel en que se pierde la autonomía y depende de terceros para que
se puedan llevar a término (dependencia y discapacidad).
La clara situación de vulnerabilidad de estos pacientes disminuye la resilencia
(capacidad de los sujetos para sobreponerse a situaciones adversas) y dificulta los
estados adaptativos positivos en estos contextos.
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