Amor y Amistad
Lic. En Psic. Magdalena Urbina Yussim.
Feliz febrero ciberlectores, bienvenidos al mes de los corazones, los chocolates, las flores y todas esas cosas que conspiran para hacernos sentir románticos. Es el momento de buscar el detalle, la sorpresa, el lugar que haga que la fecha sea inolvidable… Romanticismo, dirán unos; mercadotecnia, dirán otros; necesidad de rituales diría yo, y está bien y se vale, igual que se vale decorar toda la casa y escuchar villancicos en diciembre.
Todas esas cosas externas nos van llevando a un estado de animo determinado, digamos que estamos programados para responder a todo eso. El problema es que en esta programación, cuando hablamos de música romántica,- lo cuál de por sí ya es inexacto dado que el romanticismo es una corriente artística que va de 1820 a 1920.- pero el punto, es que cuando escuchamos canciones de amor, muchas veces son de desamor, o de amor mal entendido, y crecemos escuchando que “amar es sufrir…querer es gozar” y muchos otros ejemplos que podrían llenar como dos cuartillas, y entonces resulta que es sublime el sufrir por amor, y esto es una idea distorsionada que viene a contaminar el concepto. Es como decir que si no te duele el parto entonces no eres madre…