En el ámbito escolar, el cuestionar cierto método o conocimiento nos hace encontrar nuevas maneras de estudiar, de aprender; en el trabajo, encontramos maneras más sencillas de desarrollarnos; en la vida, descubrimos formas más formidables de crecer. El cuestionar todo lo que se nos presente nos brinda la oportunidad de mejorar y crecer como individuos para así ser seres de liderazgo y ejemplo a otros que también se cuestionen su andar por este mundo.
Sin embargo no podemos cuestionar solo por el placer de encontrar un “pero”, un “porque” o “para que”, eso solo nos detendrá y nos hará entrar en un bache mental y emocional del cual no podremos salir. El cuestionar tiene que ser constructivo, positivo y sobretodo estructurado. Conocer lo que nos molesta y buscar la forma de mejorarlo. Construir este esquema de ideas y pensamientos para un mejor funcionamiento, de forma positiva que nos permita avanzar y obtener el mejor rendimiento de lo que no nos cuadra y estructurarlo de tal manera que funcione en todos los ámbitos de nuestra vida para así ser mejores seres humanos.
Así que la próxima ocasión que te encuentres ante una nueva situación en la que te sientes inconforme, toma una pausa, estudia esa inconformidad, construye mejores ideas, dales un movimiento positivo y estructura tu nueva forma. Despierta al Antipsicólogo que todos llevamos dentro y explota tu potencial.