LPC Héctor Guillermo García Guerrero
La Anti Psicología
En un principio de mis años como estudiante de psicología, comencé a notar que existían otras corrientes psicológicas, la creación de las ramas actuales de la psicología y aquellas de las que se habían derivado, no eran suficientes, comencé a encontrarle peros a todas las teorías y métodos conocidos, por ende, todos mis compañeros de carrera comenzaron a llamarme “El Antipsicólogo”.
Navegue mucho tiempo con esta bandera, sin saber a ciencia cierta que representaba tal título otorgado por mis ahora colegas, sin embargo, un día me pego la curiosidad y empecé a investigar que era la Anti Psicología. Me topé con escritos y teorías al respecto en donde decían que era un movimiento tan antiguo como la misma creación de la psicología. Pensé en aquel entonces que era solo gente que estaba en contra de la psicología y que harían todo lo que estuviera a su alcance para detenerla, cual líder comunista en contra del capitalismo en épocas castristas. Sin embargo descubrí un mundo diferente, algo sorprendente, mis conclusiones de este movimiento estaban completamente erradas.
La palabra Anti, según el diccionario, significa “En lugar de” o “contra”, así que ser “Antipsicólogo” me hace estar en contra de la psicología, aunque en realidad me encanta mi profesión, entonces leí un tratado hace algunos años y descubrí que ser “anti” no significa siempre el estar como opositor a una corriente o forma de pensar, más bien, es la capacidad de poder criticar lo que uno quiere, estudia, protege o profesa. Esa habilidad de poder decir “me gusta lo que hago pero tengo mis dudas sobre esto o aquello”, es el cuestionar lo que soy, lo que se y lo que siento a un grado de descubrir nuevas formas de expresarnos, pensar y actuar para así mejorar nuestro entorno y sobre todo nuestras vidas.