Los nueve círculos-teaser | Page 21

32 Fernando de Villena
y a las monjas : que si los arrojaban por el Tajo de Ronda , que si les metían espinas entre las uñas para que delatasen a otros , que si mataban a los padres de familias delante de sus hijos y entre feroces bromas …
Otro asunto que me fascinaba en las conversaciones de aquellas noches en torno a ese volcán reducido que era el brasero de picón , consistía en la variedad de los lugares de la tierra . Mi universo entonces se reducía a Granada y me costaba trabajo imaginar lo referente a las selvas , los desiertos , el polo norte , los mares y las grandes capitales .
Mamá , que había vivido unos años en el norte , cuando el primer destino de mi padre fue un pueblo de León , mientras removía con la paleta de bronce la ceniza y las brasas , nos explicaba que en cierta ocasión cayó una nevada tan extraordinaria que se quedaron aislados en su casita . Entonces , mi padre se vio obligado a ir quitando nieve con una pala , pero como aquella capa blanca se alzaba sobre su cabeza , tuvo que acompañar sus trabajos con un largo palo en el que ató un trapo , y otro tanto hacían los habitantes de las casas vecinas . De esta manera , abriendo galerías como los topos , lograron comunicarse . ¡ Qué entrañables aquellas veladas sin televisión ! Por las mañanas , a menudo , acompañaba a Marcelina a tender en la torre y desde allí divisaba toda mi ciudad , que era como un gran poblachón de tejados pardos por donde la vega entraba a su antojo y establecía casi una unidad con los Jardines del Salón y con los bosques de La Alhambra .
Otras veces , iba con la criada a los comercios del barrio y , mientras ella hacía la compra , yo lo observaba todo : en la tienda de comestibles , el orden perfecto de los productos sobre los vasares o las ilustraciones de las cajitas del flanín El niño o El chino mandarín . En la churrería , el temblor del aceite hirviendo que llevaba mi mente a los tormentos infernales . En la farmacia