quedó pensando que hubiera sido mejor que un biólogo fuera un cocinero de milanesas con puré, pero que no les pusiera hongos, como su abuela que le ponía hongos a la salsa y a la sopa. Así, el trabajo de biólogo iba a ser más divertido, o el de biliólogo, quizás, un nuevo trabajo en el mundo.
Y al fin y al cabo qué le importaba eso a Rodi si de grande él iba a ser pintor...