Cuento
Un trabajo muy especial
Cecilia Romana
(Paz Nick Zoe Luis)
Rodi quería ser pintor de grande, porque le gustaba mezclar colores, apretar el pincel contra la hoja y dibujar animales raros, autos supersónicos, olas gigantes, plantas carnívoras, de todo. Pero unos días atrás había escuchado una palabra nueva en la tele y ahora estaba indeciso. El papa lo llamó a comer. Antes de sentarse a la mesa, Rodi le preguntó si conocía a algún biliólogo. El papá lo miró extraño, ¿un biliólogo? No, para nada, ¿qué es eso? A Rodi de repente se le mezclaron las ideas. No se acordaba bien en qué programa lo había visto. ¿Un biliólogo era un señor que ordenaba libros? ¿O era un actor que hacia mucho lío sobre el escenario?
Le hizo ruido la panza y se acordó de que tenía hambre. ¡Un cocinero! ¡Eso!, pensó , pero tampoco le ceraba. ¿Por qué iba a llamarle la atención un cocinero común y corriente?
El papá trabajo a la mesa una fuente de milanesas con puré.
¡Mmm qué rico!
Ahí Rodi se acordó perfectamente de qué era un biliólogo: un cocinero, sí, pero que solo preparaba ogos. ¿Y qué son los ogos
¡Hongos!, gritó de pronto como si se le hubiera prendido la lamparita. ¡Ahí estaba el secreto! Un biliólogo estudiaba los hongos, las plantas, los animales, todas esas cosas de la naturaleza.
Al papá de Rodi le dio un poco de risa. Se tapó la boca para que no se le note notara y le sirvió una milanesa grande con mucho puré encima. Ahí nomás le explicó que eso no era un biliólogo, sino un biólogo.
Ay, rodi estaba otra vez confundido.
Pinchó un pedacito de milanesa y mientras lo masticaba se quedó pensando que hubiera sido mejor que un biólogo fuera un cocinero de milanesas con puré, pero que no les pusiera hongos, como su abuela que le ponía hongos a la salsa y a la sopa. Así, el trabajo de biólogo iba a ser más divertido, o el de biliólogo, quizás, un nuevo trabajo en el mundo.
Y al fin y al cabo qué le importaba eso a Rodi si de grande él iba a ser pintor...