Características de la economía Estadounidense
Importancia económica y militar de Estados Unidos en el mundo de hoy
Maria Cristina Rosas
Descartando a la Unión Europea (integrada por 27 países), Estados Unidos posee la economía nacional más grande del mundo. Su Producto Nacional Bruto (PNB) en 2008 era, de aproximadamente 14.3 billones de dólares. El ingreso per cápita de su población, asciende a 46,800 dólares, ubicándose en la lista de los 10 más altos a nivel global. El PNB estadunidense se distribuye de la siguiente manera: el 0.9 por ciento, corresponde al sector agrícola; el 20.6 por ciento es generado por la industria; y el 78.5 por ciento se deriva del sector de los servicios. Aun cuando la agricultura representa menos del uno por ciento de su PNB, Estados Unidos es considerado uno de los graneros del mundo, debido a los enormes volúmenes de producción de alimentos, generados a través de tecnologías sofisticadas (capital intensive) y que reciben cuantiosos subsidios de parte del gobierno federal. Se trata, por lo tanto, de un sector muy competitivo. En términos del empleo, la agricultura, más la silvicultura y la pesca son responsables del 0.6 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Por razones estadísticas, Estados Unidos registra el empleo de la siguiente manera: las actividades gerenciales y profesionales ocupan al 35.5 por ciento de la PEA; las tareas técnicas, ventas y de apoyo administrativo absorben el 24.8 por ciento; los servicios el 16.5 por ciento; y el sector manufacturero, la minería y el transporte emplean al 24 por ciento de la PEA. En cualquier caso, estas cifras revelan que la estadunidense, es una economía dominada por los servicios, que es también responsable primordial del empleo en el país. Es importante destacar que al igual que en el resto del mundo, Estados Unidos resiente los efectos de la crisis financiera, generada, en buena medida por una conducta irresponsable de parte de grandes empresas e instituciones financieras estadunidenses. Se considera igualmente que el excesivo gasto militar desarrollado en particular entre 2002 y 2008, bajo la administración de George W. Bush, ha desgastado a la economía estadunidense, siendo uno de los elementos que favorece a la crisis que padece. Independientemente de sus causas, la crisis tiene impactos severos en sectores clave de la economía de Estados Unidos, como el automotriz y el inmobiliario. Una de las consecuencias de la crisis es el aumento del desempleo, que hacia junio de 2009, se ubicaba en el 9.5 por ciento.