los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 11

13 forman los dibujos y los aguafuertes denominados Los desastres de la gue- rra, a esa primera y mayor crónica del desgarro, de la violencia irracional quieren ir dedicadas estas páginas, a modo de segundo tomo que comple- mente el anterior sobre las pinturas de las paredes en la Quinta del Sordo. Una obra que Goya acomete en la técnica del grabado como antes había hecho con obras de Velázquez o con Los Caprichos, con el deseo de una ma- yor difusión y accesibilidad. El grabado tuvo España un desarrollo menor que en otros países europeos. La situación mejoró en la segunda mitad del siglo XVIII cuando la política cultural, promovida por Carlos III, fomentó la formación de grabadores españoles. En torno a la Real Academia de Be- llas Artes de San Fernando, y con Manuel Salvador Carmona como figura clave, se vertebró una escuela española de grabado. Este grupo se dedicó fundamentalmente al grabado de reproducción, realizado según la técnica del buril y siguiendo los parámetros estilísticos del clasicismo. Un tipo de grabado lento, de extremada dificultad técnica en su elaboración y con po- cas posibilidades de innovación dada su concepción academicista. Cuando Goya empieza a grabar se aparta completamente de esta tradición. Con la excepción de las copias de los cuadros de Velázquez, se dedica al grabado de pura creación. Recuperará el aguafuerte como pro- cedimiento más adecuado debido a su mayor facilidad respecto al buril y a sus mayores posibilidades plásticas. Además, como también hizo en sus pin- turas, superó pronto en sus grabados la corriente neoclásica para dar paso a nuevos modos de expresión que abrirían caminos insospechados para el arte europeo.