Los cuadernos G y H de Burdeos CUADERNOS G Y H BURDEOS REVISADO | Page 16

16 de las mismas, así como los personajes que las protagonizan y en ocasiones recurre, como ha- bía hecho en periodos anteriores, a figuras distorsionadas que preceden al expresionismo del siglo XX. Los dibujos de Burdeos van a mostrar la realidad vivida por Goya y expresada me- diante alegorías; una realidad que abarca los aspectos sociales, políticos y personales, en las que están representados hechos o dichos fuera de razón y propósito. Simulación y disimulo. Según Bozal (5 ) “estos dibujos son grotescos más que satíricos pues no critican el mun- do representado sino que muestran su carácter dislocado como si no existiera alter- nativa alguna a lo que en ellos se dibuja. Es propio de lo grotesco concebir un mundo cerrado y en eso se diferencia de la sátira que, con su crítica, alude a la posibilidad de algo diferente, de una alternativa que aquí no existe. Lo grotesco de Goya es enton- ces, cómico y dramático”. Grotesco, cómico, satírico… probablemente en estos dibujos con- vive todo ello con la simple observación curiosa de un hombre octogenario que aún aprende y es esa observación curiosa la que le lleva a realizar dibujos como los patines, la rudimenta- rias bicicletas o los transportes a espaldas de porteadores. En Goya todo este mundo es posi- ble y se retroalimenta constantemente. Pasa de dibujos claramente costumbristas a otros satí- ricos o disparatados sin problema; su no cortapisa mental le ayuda a fijar cualquier asunto. Los críticos suelen hacer hincapié en la originalidad de Goya, en su variedad como ras- go personal, cuando mi experiencia personal me indica que no es así, que en cuestión de se- gundos y de un dibujo al siguiente las variaciones mentales pueden ser notables y las in- tenciones al dibujarlas también, por lo que este rasgo es más común de lo que se cree. Debido a la similitud material, estilística y técnica entre los álbumes G y H, podría afirmar- se que el pintor trabajó simultáneamente en ambos, o en un lapso de tiempo muy corto, aun- que mantuvo la división entre los dos, como evidencian sus respectivas secuencias numéricas. La mención del año 1826 en una de las escenas referidas a la feria de Burdeos, parece- ría confirmar la consideración tradicionalmente aceptada de que el Álbum H fue realiza-