Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 91
Anécdota: cuando estaba en el trabajo por la mañana, después de «darle el sí» y tras
tantos mandatos absurdos, se me ocurrió sincerarme contándole un sueño que tuve
anteayer sobre una fiesta BDSM a la que él me llevaba... Consecuencia: que empezó el tío a
darme órdenes eróticas (antes eché la llave del despacho), y me hizo una paja cíber que
todavía no me puedo creer. Y luego, cuando terminó el festín, no dudó en soltarme unas
cuantas fanfarronadas: «¿Ves como yo no permito que mi sumisa pase hambre? ¿Qué
creías? ¿Que tu AMO sólo sabía escribir? ¿Entiendes ahora lo de perra?: siempre caliente,
siempre preparada para tu AMO, y siempre a cuatro patas».
GUAU, AMO, le he respondido yo entre risas y más risas.
¡Qué excitante!, la verdad, ¡qué excitante! El tío todo el rato: vamos, perra, presiona y
arráncate el clítoris para tu amo, tócate aquí, allá, por aquí, por allá... Y yo, en el despacho,
con los vaqueros bajados, con la puerta cerrada, el jersey por arriba y leyendo todo eso en mi
pantalla... ¡La leche! Problema: lo del culo, no hay tu tía. ¿Cómo que me lo desvirgue de
golpe y a lo burro? ¿Será borde y guarro el tío? ¡Ni de coña!, le dije que no, por supuesto,
que me parece una guarrería y debe de doler mucho...
Por cierto: él también se corrió (Hummmmmmmmmm)...
Respecto a lo de mi culo, dijo: «El placer anal puede ser mucho más grande que el placer
vaginal, pero la gente ni lo sabe, ni lo quiere saber porque ni siquiera quieren permitirse la
opción de probar. ¿Ves cómo el mundo no sadomaso es un continuo desperdicio de placer?»,
zanjó. ¡Pues si tú lo dices!, le contesté un poco escéptica. «No te preocupes, siguió él, ya
trabajaremos con eso y lo acostumbraremos para ser follado...» ¡Socorro! Me siento como si
el tío buscase una manera de..., en fin, una manera de conseguir hacerse con mi trasero con
algo que le venga «como anillo al dedo». ¡Glupsss! Nunca mejor dicho, jolín, ¡como anillo al
dedo!, nunca mejor dicho...
Estoy aquí, a altas horas de la madrugada, porque no puedo dormir con todo esto, y yo,
«la perra de mi AMO», como me llama Sapiens desde que hoy le he dicho que sería «su
sumi», ando escribiendo estas cosas que no sé si le enviaré por Messenger ahora, o ya
mañana...
9ª) Por cierto, escribo porque me lo manda él. Dice que aunque el diario sea un incordio,
es importante escribirlo para saber en qué punto está la relación, qué nivel de complicidad
existe entre nosotros y qué cosas hacemos bien o mal. Sí, sé que es bueno escribir... Lo único
que me preocupa un poco es que últimamente paso en esta historia casi todas las horas de
mi tiempo... En fin, como todas las relaciones, ya se normalizará, supongo, aunque será
muy difícil compaginar los necesarios diálogos internautas en los que él me ordena cosas
durante mi periodo de «doma», con el tiempo que necesitaré para llevar las órdenes a cabo y
con la escritura de —y lo digo consciente de la redundancia— este diario ¡diario!
Debo