Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 55

por juego o curiosidad, le encantaría decírtelo. ¡Pero soy una cobarde! —Lo sé, pero no importa. Esperaré y haré que esa cobardía desaparezca. —¡Eeeeeeeeyyyyyyyyyyy! Que he dicho a una parte pequeñita y sólo por juego o curiosidad. —Es igual: yo haré que el juego y la curiosidad se conviertan en deseo, y esa parte en todas las partes. —Sí, claro, ¿y cómo venzo el miedo que me dan tus castiguitos? —En primer lugar, en BDSM no se llaman castigos, sino correctivos. En segundo lugar, te diré que un buen AMO es aquel que debería haber probado personalmente los castigos que va a emplear con la sumi. —¡Lo que me faltaba! ¡Como el chef de cocina que prueba el plato antes de servirlo! En fin. ¿Tú has probado todos tus castigos? —No, todos no. —¿Qué no has probado? —Eso sólo lo sabrás cuando seas mi sumi y nos conozcamos personalmente. —Eres un chulo soñador, pero me caes bien, AMOSAPIENS. —Pues no me lo digas mucho que me lo creeré. —¿Y qué problema hay? —Que hincharás mi ego y... Bueno, y otras cosas: me pones, perrita, me pones. —¡Guau!, AMO, ¡guau! Desde luego, ¡ya me vale! Hasta ese momento había constatado una y mil veces que llevaba una niña dentro, un ser curioso que sin dejar de jugar y preguntar tenía las antenas preparadas tanto para la respuesta de turno como para intentar asimilar cualquier nueva situación. Mi niña interior era incansable, y agotaba al agotamiento mismo si le daba por buscar la punta de una madeja, simplemente para tener la posibilidad de, o bien de seguir preguntando ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?, o bien de excitarse ante la opción de llegar hasta el final y deshacer del todo aquella madeja. Supongo que es bueno tener una niña dentro, de acuerdo, ¡pero no un colegio!; ni mucho menos un colegio con todos los niños saltando y jugando a la vez en el recreo o lo que, a fin de cuentas, creo que sin querer, mostré a Sapiens... La luna seguía creciendo tanto como crecían nuestras interminables charlas ya repletas de archivos, imágenes sobre las mazmorras o los templos del BDSM, información sobre la vida de AMOS y sumisas, estética de la ropa y apariencia