Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 48

Capítulo 4 Un AMO muy especial Es cierto que la luna llena colmó el cielo, del mismo modo que yo me colmé y saturé de sexo cibernético, pero también es verdad que a la única cara redonda del satélite le debía la fascinante aparición de AMOSAPIENS, justo en el crítico instante en que me disponía a abandonar el chat... No es que le fuera indiferente, pero AMOSAPIENS no pretendió conocer mi edad y mis medidas a la primera de cambio. Tampoco quiso follarme, azotarme o torturarme nada más entrar en la sala. Ni siquiera intentó hacerme su sumisa cíber, colocando al lado de mi nick un guión bajo para demostrar, con un simple signo ortográfico, su trofeo o propiedad sobre «la sumi» recién conquistada. Porque, sin duda, ése fue uno de los mejores descubrimientos: la posesividad de las relaciones sadomasoquistas tenía su cabida tanto en la vida real a través de vestimentas negras en caso de los AMOS, y de anillas, collares, a veces piercings y otro tipo de iconos en el de las sumisas, como en el mundo del chat a través de unos símbolos que tardé tiempo en descubrir y que, en los primeros días de navegar, no fui capaz de asociar a esas extrañas frases sobre cuadras, perras y collares que me dedicó no sé quién, cuando proclamé la insumisión. Entre esos símbolos cíber destacaban, por ejemplo, los nicks de los AMOS porque siempre aparecían en mayúsculas, además de que también en mayúsculas escribían sus frases. Algunos, quizás para resultar aún más autoritarios, resaltaban sus textos en negrita. Por el contrario, las sumis que aún no habían encontrado AMO, además de aparecer con un nick de mujer, lo escribían en minúsculas y, sin negrita, claro. De esta forma, los que en verdad eran AMOS o jugaban a serlo tenían ante sí una pista irrefutable de por dónde y hacia quién debían verter sus artes de seducción, de tortura o de ambas cosas, según los casos. Más tarde, y cuando por fin la sumisa daba el sí quiero al AMO cibernético, bien durante el tiempo que durase el chateo, o bien, y como me gustaba decir de broma, hasta que los alicates los separasen, aderezaba su nick original con un guión bajo, seguido de las iniciales mayúsculas del AMO que ya era «su dueño». Éste fue el caso de merche, eva, estrella y otros usuarios que durante días navegaron con nicks femeninos escritos en minúsculas y que, al cabo de un tiempo, se transformaron como por arte de magia en merche_AC o propiedad de AMO-CÍNICO, eva_AS o supongo que sumisa de AMO-SADE, y estrella_AM o esclava de AMO-MACABRO, por ejemplo.