Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 41

precedente, te lo voy a hacer gratis, me sorprendí de cómo acababa de reaccionar aquel alien totalmente desconocido para mí o, quizás y con una expresión más precisa, esa personalidad que, pese a vivir en mi interior, no había podido ver la luz hasta entonces. ¡La bomba! Definitivamente, tanto la liberación como la esquizofrenia vital que generaba el chat eran la bomba. Ramera no dio tiempo a que solitario se expresara más que con aquellas onomatopeyas eróticas que siempre me han hecho mucha gracia. Y no porque él no quisiese hablar-chatear, sino porque ella no cejó en el intento de escribirle unas pautas que, con toda se guridad, solitario siguió a pies juntillas en la vida real: —¿Me has dicho que estás en una silla de ruedas frente a la ventana, no? —Sí. —Bien. ¿Sientes cómo me acerco por detrás y giro tu silla para ponerte frente a mí? Estás sorprendido y muy excitado porque ves que, al ritmo de la música erótica que suena en tu equipo, me voy quitando el top negro de cuero que hace juego con mi minifalda, y me quedo solamente con mi tanga negro de encaje, el sujetador también de encaje negro que realza mis tetas turgentes y redondas, y esas sexys medias de rejilla que tanto te gustan cuando me pongo los zapatos de aguja... —Hummmmmmmmmmmmmmm. —Me suelto el pelo. Lo libero de esa coleta que me colgaba por la espalda y aparece ante ti una melena de leona, negra, rizada y salvaje que casi me llega a la cintura. —Jooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo. —Empiezo a besarte la nuca, las orejas, el cuello y escucho tus pequeños jadeos que se van mezclando con una respiración ya entrecortada. —Puuuuuuuuuuufffffffffffffffffffffffffff. —Mientras te desabrocho la camisa, sigo besándote la cara y la nuca hasta que me centro en tu boca. Saco mi lengua y dibujo tus labios con ella; los rodeo de saliva primero, lentamente, y después, con fruición, los engullo y relamo una y otra vez... —Hummmmmmmmmmmmmmmmm. —Me dirijo a tu camisa; esa camisa que casi rompo y convierto en harapos para poder besar, acariciar y hasta arañar tu torso desnudo, fuerte, joven, bien formado y con esas formas de hombre que tanto me excitan. —¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿??????????????????????????