Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 42

—No puedo evitarlo y te acaricio, sin dejar de besarte la boca, cada vez con más y más pasión. —¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿?????????????????????????? —Tú no puedes moverte, pero no importa. Cojo unas tijeras afiladas, largas y frías que tienes sobre la mesa y me agacho ante ti, mostrándote mi espalda y mi culo respingón. Primero te quito los zapatos, después los calcetines y, un segundo más tarde, sientes el frío cosquilleante de las tijeras sobre la parte interna de tus piernas y de tus muslos. ¿Lo notas? Te estoy cortando los pantalones, dibujando un corte recto y preciso que llega ya hasta tu entrepierna. —¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿??????????????????????? —Allí me detengo y, con cuidado, sorteo las formas cóncavas y convexas que se esconden tras tu bragueta, para seguir con los dos cortes de tijeras hasta tu cintura. He rajado de arriba abajo tus pantalones y la tela sobrante la abro por los laterales para dejarte al descubierto tus piernas y tu pelvis o esa parte de tu cuerpo que está delatando tu polla erecta, dura como una piedra e insolente porque ha decidido subir y asomar por encima de los calzoncillos... —+++++++++++++++++++++++++++++++++ —Me pongo de rodillas y frente a ti, empiezo a lamer tus pies, dedo a dedo, despacio, recreándome en cada apéndice y abriendo mi boca para que seas capaz de ver lo que soy capaz de hacer con ella, al tiempo que tú, sin poder aguantarlo, te tocas la polla con impaciencia. —Hummmmmmmmmmmmmmmmmmmmm. —Cuando termino con los pies, sigo recorriendo tus piernas con mi lengua, mientras utilizo las manos para coger tu polla y empezar a hacerla subir y bajar como tú sabes... —+++++++++++++++++++++++++++++++++ —Llego a tu pelvis y cojo de nuevo las tijeras, porque, con mucho cuidado, voy a hacer dos cortes verticales en tus calzoncillos, para dejar frente a mí lo único que debe quedar a la vista... —+++++++++++++++++++++++++++++++++ —¡Aquí está el tesoro! Lamo tus huevos despacio, los meto en mi boca y dejo que mi lengua juegue con ellos mientras te acaricio el torso desnudo. Al rato, paso de los huevos a la punta de tu polla, dura como una piedra, erecta como un obelisco y a punto de reventar... —+++++++++++++++++++++++++++++++++