Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 160

Capítulo 12 Hoy es tu puesta de largo, perrita Insolente y despiadado con mi rico y profundo sueño, el móvil sonó con tenacidad a las diez y media de la mañana. No reaccioné, y mi pereza y yo nos dimos media vuelta con el beneplácito de un cómodo edredón. El aparato volvió al acecho una y otra vez, dejándome claro que no estaba dispuesto a permitirme descansar ni un minuto más. ¡Qué fastidio! Para una vez que duermo como un lirón después de no sé cuántos días... ¿Quién será el pesado?, pensé todavía medio adormilada. ¡Socorro!, ¿seré idiota? ¡Si es Sapiens!, me dije, reparando por fin en dónde estaba, por qué me encontraba allí, qué había pasado la noche anterior y por qué me llamaba AMOSAPIENS a las diez y media de la mañana. ¡EL MAESTRO era mi despertador! —Lo siento, AMO, estaba totalmente dormida —contesté, carraspeando para intentar aclarar mi voz dormilona. —¡Buenos días, perrita! ¿Cómo estás? —Bien, pero estaría mejor con una ducha y, sobre todo, con un café con leche. ¿Qué tal si te llamo en media hora, AMO? —De acuerdo. No quise bajar a la cafetería porque prefería charlar con Sapiens en la habitación y desayunar con tranquilidad, mientras hacía otra vez la maleta, me arreglaba para ir a no sé dónde o, simplemente, me deleitaba observando los restos posbélicos de la maravillosa batalla que había tenido lugar en esa habitación, hacía sólo unas horas: cirios apagados por todo el cuarto, agua jabonosa de la palangana y de la depilación, desparramada por el suelo del baño, sábanas con manchas difusas, pequeños indicios de un añejo aroma a cera, maquinillas de usar y tirar en una papelera y ese olor a sexo salvaje que, aun estando medio dormida y con los cinco sentidos bajo mínimos, podía percibir para colmo de mi recreo... Tardarían alrededor de diez minutos en subirme zumo de naranja, por descontado natural, café con leche en cantidad, y el dulce que había pedido. ¡Perfecto, así me da tiempo a ducharme!, pensé. El potente chorro de agua a