Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 130
de su dolor.
—¿Y no sería más sencillo que trabajaseis de enfermeros?
—Ahora no tiene gracia, Marta.
—Llevas razón, AMO. Perdona. Ya sabes que cuando me pongo nerviosa sólo
sobrellevo la situación con bromas. ¿Me perdonas?
—¡Qué remedio!
—Sapiens, ¿y ella? Además de un dolor rabioso, ¿qué siente ella?
—Ella siente placer con su dolor porque ese dolor es el placer de su AMO, y el
placer de su AMO es su mayor recompensa.
—¡Sois más retorcidos que un manojo de cables!
—No, Marta, retorcidos no; intensos, complejos y completos, sí. ¡El éxtasis se
merece ese viaje por todas las emociones humanas!, ¿no?
—En fin, AMO, si yo te contara...
Se hizo otro silencio eterno, de esos en los que de nuevo el temor por la
desconexión definitiva me colmó de ansiedad, aunque por suerte esta vez también
volví a equivocarme:
—No, Marta, no. No estoy para bromas. No estoy para enseñanzas, preguntas o
respuestas. No estoy para disculpas ni para reproches. Estoy para hechos.
—¿Y eso qué quiere decir?
—Mira, hoy es lunes 20 de marzo y no quiero volver a hablar contigo salvo
que...
—¿Salvo qué?
—Salvo que el viernes 24 te atrevas a coger por fin las riendas de tu vida, de esa
vida que por miedo no te atreves a vivir, aunque te está pidiendo a gritos ser
vivida...
—¿Y cómo hago eso?
—Ven a verme a Oviedo. Tienes mi móvi