Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 124
más tarde quería recuperarlo para deshacer la madeja entera y vivirlo hasta el
final.
Volví a casa después del trabajo, y la idea de Sapiens se fue haciendo más y más
intensa, esta vez por culpa del coche. Sin duda, llegué peor que salí porque la
horrorosa costura del panti se clavó en mis intimidades durante el tiempo que
estuve conduciendo, hasta el punto de que cuando por fin pude abrir la puerta de
mi casa, otro instinto se apoderó de mí: me desnudé y descalcé compulsivamente,
al tiempo que abrí el grifo del agua caliente para darme un baño de espuma y así
pensar tranquilamente en mi extraña y nueva realidad.
Lo que ocurrió a partir de entonces, lo plasmé cuando unas horas más tarde hice
mis deberes; es decir, cuando escribí el diario correspondiente al día que acababa
de vivir.
SEGUNDO DÍA COMO «SUMISA-SOLA»
(viernes 17 de marzo)
Hoy sí que me he pasado «tres pueblos» en lo de intentar comportarme como una sumisa.
Entre otras novedades, destaco que me he vestido como a Sapiens le gustó que me vistiera
en los días de mis mentiras y, ¡oh sorpresa!, he ido al trabajo sin bragas, y para colmo de
mis afanes en no se sabe qué, he prestado atención para poner la postura que el AMO de
Oviedo me comentó; es decir, espalda recta y muslos entreabiertos. Lo mejor de estas
experiencias no es haberme atrevido a vivirlas sino, al menos para mí, el hecho de que
viviéndolas, he entendido el porqué de unas órdenes que antaño me parecieron arbitrarias y
como un «cruce de cables» de un AMO en el que no confié. Sin duda, AMOSAPIENS
quiso que recordara mi nueva situación de sumisa en periodo de doma con hechos tan
sencillos y cotidianos como unas bragas o una postura.
Una cosa: tanto ayer como hoy he intentado comenzar una nueva traducción y ponerme
al día respecto a los manuscritos que tengo pendientes, pero parece que siendo
«sumisa-sola» tampoco logro concentrarme, aunque, esta vez, la imposibilidad de trabajar
no tiene que ver con la anterior adicción-locura-Sapiens. Creo que trabajo poco y mal
porque en cuanto me encuentro frente a un ordenador, en vez de chatear, decir tonterías en
la sala de Amos y sumisas o jugar con Sapiens, me dedico a indagar en Google y en los
cientos de blogs y páginas de sadomasoquismo que encuentro por la red. Sin duda, es más
que ilustrativa esta biblioteca virtual porque, en un abrir y cerrar de archivos, me permite