Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 110

días para mí, pensando que nuestros cerebros se funden o que nuestra complicidad crece cada vez más y, poco a poco, te obligo a hacer cosas que tú nunca hubieras hecho. —¡Barbie sumisa al habla!, ¿dígame? Por cierto, AMO, ¿te das cuenta de que no podrías practicar tu particular cometarros sin las nuevas tecnologías? —Pues sí, la verdad: Internet, el correo electrónico, el móvil, la cam, el Messenger..., todos son medios que un AMO del siglo XXI debe utilizar en el camino de la dominación mental... —Lo malo es que como se vaya la luz o se te rompa el ordenador, el mundo sadomaso se volverá oscuro por narices: oculto y forzosamente oscuro, diría yo. En fin, AMO, ¿qué podrías decirme de una sumi? ¿Cuál es su-misión? —pregunté con otro juego de palabras. —Una sumi es feliz haciendo lo que su AMO quiere que haga. Es como si deseara cederle el control de su vida o como si le entregara parte de su voluntad. —¡Sí claro! Y el AMO siempre tiene razón o lo dice tu AMO y punto redondo... No cuentes conmigo, Sapiens. —Ya, pero una cosa es la literatura del «yo soy tu AMO» y otra cosa es lo que, por descontado además de eso, un AMO debe ser. —¿Y qué debe ser? —Debería ser tu amigo, tu aliado, tu apoyo. Alguien en quien confíes, alguien a quien cuentas tus más íntimos secretos, alguien a quien le lloras cuando nadie puede verte llorar, alguien a quien puedas pedir consejo, alguien a quien siempre tendrás contigo... —O sea que..., ¿los AMOS se enAMOrannnnnnnnnnn? —Por supuesto. Y los AMOS también lloran... —¡Jajajajajajajajajajajaja! —Los AMOS son hombres antes que nada, y te diré algo: si tienen la suerte de encontrar a «su sumi», nada ni nadie será tan importante p