Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 108

normalmente era un simple ornamento de mis pantalones vaqueros. ¿Cómo podía ser? ¿Por qué los azotes me dolían y me proporcionaban plenitud a la vez? ¿Cómo era posible que quisiera hacerme daño si el dolor siempre va parejo de una conducta de evitación? ¿Por qué, en vez de evitarlos, aquellos golpes parecían liberarme de algo? ¿Acababa de descubrir que el masoquismo vivía en mí? No fui consciente de por qué paré aquella frenética secuencia de golpes que iban siendo más y más certeros, pero cuando lo hice y me quedé estupefacta con esa extraña reacción que me marcó la piel con esas líneas rojas, que se superponían unas con otras sobre mi nalga blancuzca, no pude hacer otra cosa que temblar. Temblé porque me sentí como una monja de clausura que, tras azotarse para aliviar sus malos pensamientos, consigue deshac \