Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 103
Capítulo
8
Amor menguante
Hay quien dice que la luna nueva es el momento ideal para plantar una semilla
o iniciar cualquier proceso que debería crecer y dar sus frutos después. Según esta
teoría, si la luna es creciente, lo que comenzó y se sembró con la nueva se expande
poco a poco hasta llegar al punto álgido que supone la luna llena, o aquel
momento en donde todo explota porque llega a su máximo esplendor. No sé si
estas conjeturas son ciertas o no, pero sí sé que, al menos en lo que respecta a mi
aventura cibernética, las tres fases del satélite se ajustaron como un guante,
primero y coincidiendo con la luna nueva, al descubrimiento de la sala de Amos y
sumisas; más tarde y con el cuarto creciente, a mi adicción al mundo cíber y a la
soltura en el chateo y, finalmente, aunque haciendo el oscuro paréntesis del
eclipse, al máximo grado de excitación, influjo y apasionamiento que sentí con
Sapiens durante la luna llena.
Siguiendo esta lunática secuencia, el significado del cuarto menguante del
satélite parece caer por su propio peso: cuando mengua la luna, también decrece,
se relaja, diluye, difumina, y hasta desaparece, todo lo que comenzó con la nueva,
se desarrolló en el cuarto creciente y alcanzó su cenit con la luna llena.
Desgraciadamente, mi proceso con Sapiens no fue una excepción y el cuarto
menguante hizo de las suyas, aniquilando y arrasando todo con fuerza de tornado
rabioso. Porque después de escribir esos diarios en los días en que la luna llena
parecía tener intención de empezar a mermar poco a poco, tuvo lugar ese
momento en el que metí la pata hasta tal punto, que esta relación acabó casi tan
fulminantemente como empezó.
Me produce una tristeza infinita recordar la etapa que tuvo lugar ayer, como
aquel que dice, aunque nunca sería justo medir esta historia en tiempo real:
primero, por el inevitable aspecto cibernético de la cuestión y, segundo y principal,
porque la relatividad del elemento tiempo se ha hecho más que patente, cuando
me ha llevado a vivir en menos de un mes cosas que otras personas no vivirán en
toda una vida.
Creo que el pasado 8 de marzo le dije a Sapiens que sería su sumisa porque mi
intuición me avisó de que ÉL ya estaba cansado de aleccionarme y pasar casi todas
las horas del día con una mujer que, pese a tanto afán por aprender y saber, nunca
iba a dar su brazo a torcer. Hasta aqu