Literatura BDSM La Atadura ( Vanessa Duriés ) | Page 39

39 mejores películas de terror. Antes de deslizarnos por ese angosto pasaje excavado en la piedra, era preciso volver a salir de la casa. Pese a mi corta estatura, me vi obligada a agacharme. Tenía miedo, y la ausencia de Fiona me llenaba de inquietud. Estaba tan tensa que, si Pierre no hubiera conocido personalmente al Amo Didier, le habría pedido que nos marcháramos de allí al instante. Poco después, sin embargo, se abrió una gran puerta de roble y descubrí, atónita, un enclave de tintes místicos y decorado con gran solemnidad. La belleza de la estancia me dejó impresionada. Era un espléndido sótano abovedado, con las paredes de piedra vista. Varios cirios decoraban cada uno de los rincones. Las llamas de las largas velas blancas proyectaban sombras sinuosas y amenazadoras. ¡Era tan hermoso! Fascinada por la nobleza y el evidente uso que daban a ese lugar, me dije que aquel sótano parecía haber sido concebido desde la noche de los tiempos para albergar el placer y el sufrimiento, para acoger los ritos más secretos, y no pude por menos de evocar con un estremecimiento las misas negras y otros rituales fascinantes. La luz dorada me teñía la piel. Todo mi cuerpo parecía impregnarse de polvo de oro. Me sentí irresistiblemente hermosa y, de hecho, creo que esa noche estaba particularmente bella. El Amo Didier me ciñó las sienes con una venda de terciopelo negro para taparme los ojos. Luego me ató los tobillos con correas de cuero. Unas