Literatura BDSM La Atadura ( Vanessa Duriés ) | Page 28

28 sondable ingenuidad. Entonces no era más que una ingenua libertina que aún no lo sabía todo acerca de los refinamientos del sadomasoquismo ni de la perversidad de los hombres ni, mucho menos, de la de ciertas mujeres. Sólo sabía que mi loco amor por un hombre me impulsaba a seguirlo a ciegas en esa clase de aventuras para vivir todas las experiencias hasta el límite. Comprendí por fin que el miembro que me penetraba era un consolador provisto de un cinturón que Maïté se había ceñido a la cintura,