Literatura BDSM La Atadura ( Vanessa Duriés ) | Page 58

58 Empezaron a temblarme las piernas. Todo se desmoronaba a mí alrededor. Perdía pie. ¿Tendría acaso el valor de apretar el botón que rezaba «on» y escuchar las instrucciones? Me quedé paralizada, con las ideas atropellándose en mi cabeza. Hasta que, al final, pensé en mi Amo, en nuestro amor y, sobre todo, en el orgullo que sentiría él, y que sentiría yo, cuando todo hubiera acabado y le contara la historia. Cuando conseguí controlar los latidos de mi corazón, apreté el botón para escuchar la cinta. Las palabras y las frases del Amo Patrick llegaron, una tras otra, a mis oídos. He aquí, palabra por palabra, las órdenes que se me dieron: «Pulsa el botón marcado con el nombre de Albert que hay en el vestíbulo. Toma el ascensor hasta el segundo piso y dirígete a la puerta de la derecha. Te abrirá una mujer joven y muy bonita. Debes desnudarla y hacerle el amor sin quitarte la ropa. Luego recibirás a un hombre con quien te comportarás con amabilidad, tacto y elegancia. Lo harás entrar en la habitación y le pedirás trescientos francos. Le desabrocharás el pantalón antes de quitarle la ropa y ordenarás a Valérie que te desnude. Luego le pedirás que masturbe al hombre y, cuando el miembro esté lo bastante erecto, te lo meterás en la boc