Literatura BDSM Justine o Los Infortunios de La Virtud (Sade) | Page 88
—Pero ¿qué significan estas precauciones, señor?
—Te lo cuento. Nuestro amo tiene la desgracia de tener una mujer que se ha vuelto loca. Hay que
vigilarla, no sale jamás de su habitación, nadie quiere servirla. Por mucho que te lo hubiéramos
propuesto, si hubieras sabido algo, jamás habrías aceptado. Nos vemos obligados a secuestrar jóvenes a la
fuerza para ejercer este funesto empleo.
—¡Cómo! ¡,Estaré cautiva al lado de esa dama?
—A decir verdad, sí, por eso te tenemos así, pero estarás bien... tranquilízate, perfectamente bien. Salvo
esa molestia, no te faltará nada.
—¡Ah, justo cielo! ¡Qué opresión!
—Vamos, vamos, criatura, valor, un día saldrás y con una fortuna encima.
Mi guía no había terminado sus palabras, cuando descubrimos el castillo. Era un soberbio y vasto edificio
en medio del bosque, pero le faltaba mucho a ese gran edificio para estar tan poblado como su tamaño
permitía. Sólo vi un poco de movimiento, un poco de afluencia en torno de las colinas situadas en unos
porches, en la mitad del cuerpo del edificio. Todo el resto estaba tan solitario como la situación del
castillo: nadie se fijó en nosotros cuando entramos; uno de mis guías se fue a la