Literatura BDSM Justine o Los Infortunios de La Virtud (Sade) | Page 86

ideas me engañan sin duda; es posible que el mal sea útil en la Tierra, y cuando la mano de Dios lo desea, ¡quizás es un error oponerse a él!» Pero, prontamente rebelada contra un sistema demasiado desdichado fruto de la corrupción que me había rodeado, me libero de los escombros que me cubren, y encontrando mayor facilidad en subir por la brecha que acabo de hacer, a causa de los nuevos agujeros que se han formado en ella, lo intento una vez más, me animo, me hallo en un instante en la cima. Todo eso me había alejado del sendero que había descubierto, pero habiéndome fijado bien en él, lo alcanzo de nuevo y escapo a la carrera. Antes del final del día, ya me hallaba fuera del bosque, y a no tardar sobre aquel montículo desde el cual, seis meses atrás, para mi desdicha, había divisado el terrible convento. Descanso allí unos minutos, estaba empapada; mi primera preocupación es arrojarme de rodillas y de nuevo pedir perdón a Dios por las faltas involuntarias que había cometido en aquel odioso receptáculo del crimen y de la impureza; lágrimas de pesar no tardaron en manar de mis ojos. «¡Ay!», me dije «¡yo era mucho menos criminal cuando abandoné, el pasado año, este mismo sendero, guiada por un pri