Literatura BDSM Justine o Los Infortunios de La Virtud (Sade) | Page 50

acompañarla. Había dado a entender a Rosalie que se trataba de una boda para ella, y que por esa razón su amigo Rambeau la había examinado, a fin de ver si estaba capacitada para ser madre. Rosalie había partido efectivamente acompañada de una anciana; había cruzado la aldea y se había despedido de pasada de varios conocidos; pero al echarse la noche, su guía la había devuelto a la casa de su padre donde había entrado a medianoche. Rodin, que la esperaba, la había agarrado, le había tapado la boca con la mano y, sin decir palabra, la había enterrado en esta bodega; allí, por otra parte, la habían alimentado y tratado bastante bien. —Me temo lo peor —añadió la pobre muchacha—; el comportamiento de mi padre conmigo desde hace un tiempo, sus discursos, lo que ha precedido al examen de Rambeau, todo, Thérèse, demuestra que esos monstruos quieren utilizarme para algunas de sus experiencias, y terminarán con tu pobre Rosalie. Tras de las lágrimas que corrieron abundantemente por mis ojos, pregunté a la pobre muchacha si sabía dónde guardaban la llave de la bodega: lo ignoraba, pero no creía, sin embargo, que tuvieran la costumbre de llevársela. La busqué por todas partes; fue inútil; y llegó la hora de reaparecer sin que yo pudiera dar a la querida niña más ayuda que unos consuelos, algunas esperanzas, y lágrimas. Me hizo jurar que volvería al día siguiente; se lo prometí, asegurándole incluso que si, por aquel entonces, no había descubierto nada satisfactorio en lo que la concernía, abandonaría inmediatamente la casa, presentaría una denuncia, y la sustraería, al precio que fuera, a la suerte horrible que la amenazaba. Subo; Rombeau cenaba aquella noche con Rodin. Decidida a todo para esclarecer la suerte de mi ama, me oculto cerca de la habitación donde se hallaban los dos amigos, y su conversación basta para convencerme del proyecto horrible que les ocupa a ambos. —Jamás —dijo Rodin— la anatomía llegará a su último grado de perfección sin que se realice el examen de los vasos de una niña de catorce o quince años, expirada de una muerte cruel. Sólo de esta contracción podemos obtener un análisis completo de una par H[