Literatura BDSM Justine o Los Infortunios de La Virtud (Sade) | Page 39

—¡Ay de mí! ¿No he elegido el que lo era menos? —Tenías que negarte —continuó el furioso conde, cogiéndome por un brazo y zarandeándome con violencia—, sí, sin duda, negarte y no aceptar para traicionarme. Entonces el señor de Bressac me contó todo lo que había hecho para sorprender las misivas de la señora, y cómo había nacido la sospecha que le había llevado a desviarlas. —¿Qué has conseguido con tu falsedad, criatura indigna? —prosiguió—. Has arriesgado tus días sin )