Literatura BDSM Justine o Los Infortunios de La Virtud (Sade) | Page 127
supe el nombre ni la condición, era, como ya os he dicho, un hombre de cuarenta años, fino, delgado, pero
vigorosamente formado; unos músculos casi siempre hinchados, elevándose sobre sus brazos cubiertos de
un pelo áspero y negro, anunciaban en él la fuerza y la salud; tenía el rostro encendido, los ojos pequeños,
negros y malvados, una dentadura hermosa, y la inteligencia en todas sus facciones; su talle esbelto por
encima de lo mediocre, y el aguijón del amor, que tuve excesivas ocasiones de ver y de sentir, unía a la
longitud de un pie más de ocho pulgadas de circunferencia. Este instrumento, seco, nervioso, siempre
espumeante, y sobre el que se veían gruesas venas que lo hacían todavía más temible, se mantuvo en
ristre durante las cinco o seis horas que duró esta sesión, sin descender un solo minuto. Yo no había
encontrado nunca un hombre tan peludo: se parecía a los faunos que nos pinta la fábula. Sus manos secas
y duras terminaban con unos dedos que tenían la fuerza de un torno; en cuanto a su carácter, me pareció
duro, brusco, cruel, su inteligencia propensa a un tipo de sarcasmos y de bromas propicios a i