Literatura BDSM Justine o Los Infortunios de La Virtud (Sade) | Page 123

ciudad, le convenceré de que su historia contigo progresará durante ese paseo; tú le entretienes, le mantienes alejado el mayor tiempo posible, intervalo durante el cual yo le robaré, sin llegar a escapar; sus pertenencias ya estarán en Turín, y yo seguiré todavía en Grenoble. Emplearemos toda la astucia posible en disuadirle de que se fije en nosotras, aparentaremos ayudarle en sus pesquisas; mientras tanto anunciaré mi marcha, a él no le asombrará nada; tú me seguirás, y los mil luises te serán entregados al tocar las tierras del Piamonte. —Acepto, señora —le dije a la Dubois, absolutamente decidida a avisar a Dubreuil del robo que querían hacerle—; pero ¿os dais cuenta —añadí para engañar mejor a la malvada— que si Dubreuil está enamorado de mí, puedo, avisándole, o entregándome a él, sacar mucho más de lo que me ofrecéis por traicionarle? —¡Bravo! —me dijo la Dubois—, eso es lo que yo llamo una buena alumna. Empiezo a creer que el cielo te ha dado más arte que a mí para el crimen. Bien —prosiguió ella escribiendo—, ahí tienes mi billete de veinte mil escudos: atrévete a negarte ahora. —Me guardaré mucho, señora —dije r