Literatura BDSM Historia de O | Page 83

que entraba del jardín con Colette, se acercó a O e hizo girar los anillos. Todavía no había en ellos ninguna inscripción. — ¿Fue Anne-Marie quien te llevó a Roissy? —preguntó. —No —respondió O. —A mí me llevó hace dos años. Vuelvo allí pasado mañana. —Pero, ¿no perteneces a nadie? —preguntó O. —Claire me pertenece a mí —dijo Anne-Marie, que entraba en aquel momento—. Mañana por la mañana llega tu dueño, O. Esta noche dormirás conmigo. La noche era corta; pronto empezó lentamente a clarear y, hacia las cuatro de la madrugada, el día borraba a las últimas estrellas. O, que dormía con las rodillas juntas, despertó al sentir entre los muslos la mano de Anne-Marie. Pero Anne-Marie sólo quería despertarla para que O la acariciara. Sus ojos brillaban en la penumbra y sus cabellos grises, salpicados de hebras negras, cortos y erizados por la almohada, le d X