Literatura BDSM Historia de O | Page 8

aunque pequeñas. Fue fácil encontrar en el cestillo que sostenía la otra mujer el collar y las pulseras adecuados. Así es como estaban hechos: varias capas de cuero (capas bastante delgadas, hasta un espesor de no más de un dedo), cerradas por mecanismo de resorte automático que funcionaba como un candado y que no podía abrirse más que con una llavecita. En la parte exactamente opuesta al cierre había un anillo metálico que permitía sujetar el brazalete, ya que el cuero quedaba demasiado ceñido al cuello o a la muñeca para que pudiera introducirse cualquier cuerda o cadena. Cuando le hubieron colocado el collar y las pulseras,