Literatura BDSM Historia de O | Page 77

—Aquí, Turc—dijo Anne-Marie—. O, ¿consientes en llevar las anillas y las iniciales con que Sir Stephen desea marcarte, sin saber cómo te serán impuestas? —Sí —respondió O. —Entonces acompañaré a Sir Stephen. Quédate donde estás. Sir Stephen se inclinó y tomó a O por los senos mientras Anne-Marie se levantaba de su tumbona. Le besó los labios y murmuró: — ¿Eres mía, O, eres realmente mía? Luego se alejó detrás de Anne-Marie. La verja se cerró. Anne-Marie regresaba. O estaba sentada sobre sus talones, con los brazos descansando en las rodillas, como una estatua egipcia. Vivían en la casa otras tres muchachas que ocupaban sendas habitaciones del primer piso. A O le dieron un pequeño dormitorio de la planta baja, contiguo al de Anne-Marie. AnneMarie las llamó al jardín. Las tres iban desnu