— ¿Quién te ha hecho hacer eso?
Antes de que O pudiera responder, Sir Stephen dijo:
—Fue el muchacho que me la dio. Usted ya lo conoce, René. Pero él aceptará su parecer.
—Bien —dijo Anne-Marie—. Te daremos unas medias muy largas y oscuras, O, y un
liguero para sujetarlas, pero un liguero con ballenas que te ciña bien el talle.
Cuando Anne-Marie hubo llamado al timbre y una muchacha rubia y silenciosa les llevó
unas medias muy finas y negras y un ceñidor de tafetán de nilón, armado de largas ballenas
curvadas hacia el interior en la parte del vientre y encima de las caderas, O, siempre de pie y
en equilibrio sobre uno y otro pie, se puso las medias, que le subían hasta la ingle. La
muchacha rubia le puso el ceñidor que se cerraba sobre una de las ballenas, en un cos