Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 49
¿Adónde quiere ir a parar con esto?
—Bien, más le vale dejarte en paz, o acabará de patitas en la calle.
—Christian, ¿de qué hablas? No ha hecho nada malo…
Todavía. Solo se acerca demasiado.
—Si hace cualquier intento o acercamiento, me lo dices. Se llama conducta
inmoral grave… o acoso sexual.
—Solo ha sido una copa después del trabajo.
—Lo digo en serio. Un movimiento en falso y se va a la calle.
—Tú no tienes poder para eso. —¡Por Dios! Y antes de ponerle los ojos en
blanco, caigo en la cuenta, y es como si chocara contra un camión de mercancías a toda
velocidad—. ¿O sí, Christian?
Me dedica su sonrisa enigmática.
—Vas a comprar la empresa —murmuro horrorizada.
En respuesta al pánico de mi voz aparece su sonrisa.
—No exactamente.
—La has comprado. SIP. Ya.
Me mira cauteloso y pestañea.
—Es posible.
—¿La has comprado o no?
—La he comprado.
¿Qué demonios…?
—¿Por qué? —grito, espantada.
Oh, sinceramente, esto ya es demasiado.
—Porque puedo, Anastasia. Necesito que estés a salvo.
—¡Pero dijiste que no interferirías en mi carrera profesional!
—Y no lo haré.
Aparto mi mano de la suya.
—Christian…
Me faltan las palabras.
—¿Estás enfadada conmigo?
—Sí. Claro que estoy enfadada contigo. —Estoy furiosa—. Quiero decir,
¿qué clase de ejecutivo responsable toma decisiones basadas en quien se esté tirando
en ese momento?
Palidezco y vuelvo a mirar inquieta y de reojo a Taylor, que nos ignora
estoicamente.
Maldición. ¡Vaya un momento para que se estropee el filtro de control
cerebro-boca!
Christian abre la suya, luego vuelve a cerrarla y me mira con mala cara. Yo
le devuelvo la mirada. Mientras ambos nos fulminamos con la vista, la atmósfera en el
interior del coche se degrada de reunión cariñosa a gélida, con palabras implícitas y