Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 48
—Hola —dice bajito.
Mis mejillas se tiñen de rosa, sé que Taylor nos oye, y agradezco que no
vea la mirada abrasadora y terriblemente excitante que me dedica Christian. Tengo que
echar mano de toda mi contención para no lanzarme sobre él aquí mismo, en el asiento
de atrás del coche.
Oh, el asiento de atrás del coche… mmm.
—Hola —jadeo, con la boca seca.
—¿Qué te gustaría hacer esta noche?
—Creí que dijiste que teníamos planes.
—Oh, yo sé lo que me gustaría hacer, Anastasia. Te pregunto qué quieres
hacer tú.
Yo le sonrío radiante.
—Ya veo —dice con una perversa risita—. Pues… a suplicar entonces.
¿Quieres suplicar en mi casa o en la tuya?
Inclina la cabeza y me dedica esa sonrisa tan sexy suya.
—Creo que eres muy presuntuoso, señor Grey. Pero, para variar,
podríamos hacerlo en mi apartamento.
Me muerdo el labio deliberadamente y su expresión se ensombrece.
—Taylor, a casa de la señorita Steele, por favor.
—Señor —asiente Taylor, y se incorpora al tráfico.
—¿Qué tal te ha ido el día? —pregunta.
—Bien. ¿Y el tuyo?
—Bien, gracias.
Su enorme sonrisa se refleja en la mía, y vuelve a besarme la mano.
—Estás guapísima —dice.
—Tú también.
—Tu jefe, Jack Hyde, ¿es bueno en su trabajo?
¡Vaya! Esto sí que es un cambio de tema repentino. Frunzo el ceño.
—¿Por qué? ¿Esto tiene algo que ver con vuestro concurso de meadas?
Christian sonríe maliciosamente.
—Ese hombre quiere meterse en tus bragas, Anastasia —dice con
sequedad.
Siento que las mejillas me arden, abro la boca nerviosa, y echo un vistazo a
Taylor.
—Bueno, que quiera lo que le dé la gana… ¿por qué estamos hablando de
esto? Ya sabes que él no me interesa en absoluto. Solo es mi jefe.
—Esa es la cuestión. Quiere lo que es mío. Necesito saber si hace bien su
trabajo.
Me encojo de hombros.
—Creo que sí.