Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | 页面 286
—¿Quieres ir allí este fin de semana?
—He consultado la predicción del tiempo y parece que va a llover —digo
negando con la cabeza.
—Ah. Entonces, ¿qué quieres hacer?
El timbre del microondas anuncia que nuestra cena ya está caliente.
—Ahora mismo lo único que quiero es vivir el día a día. Todas estas
emociones son… agotadoras.
Levanto una ceja y le miro, cosa que él ignora prudentemente.
Christian deja el bol blanco entre nuestros platos y se sienta a mi lado.
Parece absorto en sus pensamientos, distraído. Yo sirvo los macarrones para ambos.
Huelen divinamente y se me hace la boca agua ante la expectativa. Estoy muerta de
hambre.
—Siento lo de Leila —murmura.
—¿Por qué lo sientes?
Mmm, los macarrones saben tan bien como huelen. Y mi estómago lo
agradece.
—Para ti debe de haber sido un impacto terrible encontrártela en tu
apartamento. Taylor lo había registrado antes personalmente. Está muy disgustado.
—Yo no culpo a Taylor.
—Yo tampoco. Ha estado buscándote.
—¿Ah, sí? ¿Por qué?
—Yo no sabía dónde estabas. Te dejaste el bolso, el teléfono. Ni siquiera
podía localizarte. ¿Dónde fuiste? —pregunta.
Habla con mucha suavidad, pero en sus palabras subyace una carga
ominosa.
—Ethan y yo fuimos a un bar de la acera de enfrente. Para que yo pudiera
ver lo que ocurría, simplemente.
—Ya.
La atmósfera entre los dos ha cambiado de forma muy sutil. Ya no es tan
liviana.
Ah, muy bien, de acuerdo… yo también puedo jugar a este juego. Así que
esta voy a devolvértela, Cincuenta. Y tratando de sonar despreocupada, queriendo
satisfacer la curiosidad que me corroe pero temerosa de la respuesta, le pregunto:
—¿Y qué hiciste con Leila en el apartamento?
Levanto la vista, le miro, y él deja suspendido en el aire el tenedor con los
macarrones. Oh, no, esto no presagia nada bueno.
—¿De verdad quieres saberlo?
Se me forma un nudo en el estómago y de golpe se me quita el apetito.
—Sí —susurro.