Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 282

mi Cincuenta. Y, de pronto, recuerdo la fotografía que había en su dormitorio de infancia, y en ese momento comprendo por qué la mujer que aparecía en ella me resultaba tan familiar. Se parecía a él. Debía de ser su madre biológica. Me viene a la mente su comentario desdeñoso: «Nadie importante…». Ella es la responsable de todo esto… y yo me parezco a ella… ¡Maldita sea! Christian se me queda mirando con crudeza, y sé que está esperando mi próximo movimiento. Parece sincero. Ha dicho que me quiere, pero estoy francamente confusa. Esto es muy difícil. Me ha tranquilizado sobre Leila, pero ahora estoy más convencida que nunca de que ella era capaz de proporcionarle aquello que le da placer. Y esa idea me resulta terriblemente desagradable y agotadora. —Christian, estoy exhausta. ¿Podemos hablar de esto mañana? Quiero irme a la cama. Él parpadea, sorprendido. —¿No te marchas? —¿Quieres que me marche? —¡No! Creí que me dejarías en cuanto lo supieras. Acuden a mi mente todas las veces que ha dicho que le dejaría en cuanto conociera su secreto más oscuro… y ahora ya lo sé. Maldita sea… El Amo es oscuro. ¿Debería marcharme? Ya le dejé una vez, y eso estuvo a punto de destrozarme… a mí, y también a él. Yo le amo. De eso no tengo duda, a pesar de lo que me ha revelado. —No me dejes —susurra. —¡Oh, por el amor de Dios, no! ¡No pienso hacerlo! —grito, y es catártico. Ya está. Lo he dicho. No voy a dejarle. —¿De verdad? —pregunta abriendo mucho los ojos. —¿Qué puedo hacer para que entiendas que no voy a salir corriendo? ¿Qué puedo decir? Me mira fijamente, expresando de nuevo todo su miedo y su angustia. Traga saliva. —Puedes hacer una cosa. —¿Qué? —Cásate conmigo —susurra. ¿Qué? ¿Realmente acaba de…? Mi mundo se detiene por segunda vez en menos de media hora. Dios mío. Me quedo mirando estupefacta a ese hombre profundamente herido al que amo. No puedo creer lo que acaba de decir. ¿Matrimonio? ¿Me ha propuesto matrimonio? ¿Está de broma? No puedo evitarlo: una risita tonta, nerviosa, de incredulidad, brota desde lo más profundo de mi