Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Seite 281

—Simplemente lo sé. La idea de hacerte daño… de cualquier manera… me resulta abominable. —No lo entiendo. ¿Qué pasa con las reglas y los azotes y todo eso del sexo pervertido? Se pasa la mano por el pelo y casi sonríe, pero al final suspira con pesar. —Estoy hablando del rollo más duro, Anastasia. Deberías ver lo que soy capaz de hacer con una vara o un látigo. Abro la boca, estupefacta. —Prefiero no verlo. —Lo sé. Si a ti te apeteciera hacer eso, entonces vale… pero tú no quieres, y lo entiendo. Yo no puedo practicar todo eso si tú no quieres. Ya te lo dije una vez, tú tienes todo el poder. Y ahora, desde que has vuelto, no siento esa compulsión en absoluto. Le miro boquiabierta durante un momento, e intento digerir todo lo que ha dicho. —Pero cuando nos conocimos sí querías eso, ¿verdad? —Sí, sin duda. —¿Cómo puede ser que la compulsión desaparezca así sin más, Christian? ¿Como si yo fuera una especie de panacea y tú ya estuvieras… no se me ocurre una palabra mejor… curado? No lo entiendo. Él vuelve a suspirar. —Yo no diría «curado»… ¿No me crees? —Simplemente me parece… increíble. Que es distinto. —Si no me hubieras dejado, probablemente no me sentiría así. Abandonarme fue lo mejor que has hecho nunca… por nosotros. Eso hizo que me diera cuenta de cuánto te quiero, solo a ti, y soy sincero cuando digo que quiero que seas mía de la forma en que pueda tenerte. Le miro fijamente. ¿Puedo creerme lo que dice? La cabeza me duele solo de intentar aclararme las ideas, y en el fondo me siento muy… aturdida. —Aún sigues aquí. Creía que a estas alturas ya habrías salido huyendo — susurra. —¿Por qué? ¿Porque podía pensar que eres un psicópata q VR