Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 251
pregunta Christian como sin darle importancia, sin que ni su voz ni su rostro expresen
nada.
—¡Oh, Ethan! —exclamo—. Me había olvidado. Oh, Christian, gracias por
recordármelo. Tendré que volver al apartamento.
Le cambia la cara.>
—¿A qué hora?
—No sé exactamente a qué hora llegará.
—No quiero que vayas sola a ningún sitio —dice tajante.
>—Ya lo sé —musito, y reprimo la tentación de mirar con los ojos en
blanco al señor Exagerado— ¿Sawyer estará espiando… esto… vigilando hoy?
Miro de reojo y con timidez a Sawyer, y compruebo que tiene la parte de
atrás de las orejas teñida de rojo.
—Sí —replica Christian con una mirada glacial.
—Sería más fácil si fuera conduciendo el Saab —mascullo en tono arisco.
—Sawyer tendrá un coche y podrá llevarte al apartamento, a la hora que
sea.
—De acuerdo. Supongo que Ethan se pondrá en contacto conmigo durante
el día. Ya te haré saber los planes entonces.
Se me queda mirando, sin decir nada. Ah, ¿en qué estará pensando?
—Vale —acepta—. A ningún sitio sola, ¿entendido? —dice, haciendo un
gesto de advertencia con el dedo.
—Sí, cariño —musito.
Aparece un amago de sonrisa en su cara.
—Y quizá deberías usar solo tu BlackBerry… te mandaré los correos ahí.
Eso debería evitar que el informático de mi empresa pase una mañana demasiado
entretenida, ¿de acuerdo? —dice en tono sardónico.
—Sí, Christian.
No lo puedo evitar. Le miro con los ojos en blanco, y él me sonríe
maliciosamente.
—Vaya, señorita Steele, me parece que se me está calentando la mano.
—Ah, señor Grey, usted siempre tiene la mano caliente. ¿Qué vamos a
hacer con eso?
Se ríe, pero entonces se ve interrumpido por su BlackBerry, que debe de
estar en silencio, porque no suena. Al ver el identificador de llamada, Christian frunce
el ceño.
—¿Qué pasa? —espeta al teléfono, y luego escucha con atención.
Yo aprovecho la oportunidad para observar sus adorables facciones: su
nariz recta, el cabello despeinado que le cae sobre la frente. Su expresión cambia de
incrédula a divertida, haciendo que deje de comérmelo subrepticiamente con los ojos y
preste atención.