Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 241

¿Y ahora qué? Quizá ella está realmente de mi parte y solo le preocupa que yo pueda hacerle daño a Christian. Pensar en eso me duele. Yo nunca desearía hacerle daño. Ella tiene razón: ya le han herido bastante. Puede que no sea tan mala, después de todo. Niego con la cabeza. No quiero aceptar su relación con Christian. La desapruebo. Sí, eso es. Es un personaje despreciable que se aprovechó de un adolescente vulnerable y le arrebató esa etapa de su vida, diga lo que diga él. —¿Así que la deseabas? Cuando eras más joven. —Sí. Ah. —Me enseñó muchísimas cosas. Me enseñó a creer en mí mismo. Ah. —Pero ella también te daba unas palizas terribles. Él sonríe con cariño. —Sí, es verdad. —¿Y a ti te gustaba? —En aquella época, sí. —¿Tanto que querías hacérselo a otras? Abre los ojos de par en par y se pone serio. —Sí. —¿Ella te ayudó con eso? —Sí. —¿Fue también tu sumisa? —Sí. Por Dios… —¿Y esperas que me caiga bien? —digo con voz amarga y quebradiza. —No. Aunque eso me facilitaría muchísimo la vida —dice con cautela—. Comprendo tu reticencia. —¡Reticencia! Dios, Christian… si se hubiera tratado de tu hijo, ¿qué sentirías? Se me queda mirando, como si no comprendiera del todo la pregunta. Tuerce el gesto. —Nadie me obligó a estar con ella. Lo elegí yo, Anastasia —murmura. Así no voy a llegar a ninguna parte. —¿Quién es Linc? —Su ex marido. —¿Lincoln el maderero? —El mismo —dice sonriendo. —¿E Isaac? —Su actual 7V֗6