Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 192
sonriendo—, sobre todo si no te levantas.
Se acerca y me da un cachete fuerte en el culo, y yo chillo y me río al
mismo tiempo.
—Ya me tenías preocupada.
—¿Ah, sí? —Christian arquea una ceja—. Emites señales contradictorias,
Anastasia. ¿Cómo podría un hombre seguirte el ritmo? —Se inclina y vuelve a besarme
—. Hasta luego, nena —añade y, con una sonrisa deslumbrante, se levanta y me deja a
solas con mis dispersos pensamientos.
Cuando salgo a cubierta, Mac está de nuevo a bordo, pero enseguida se
retira a la cubierta superior en cuanto abro las puertas del salón. Christian está con su
BlackBerry. ¿Hablando con quién?, me pregunto. Se me acerca, me atrae hacia él y me
besa el cabello.
—Una noticia estupenda… bien. Sí… ¿De verdad? ¿La escalera de
incendios?… Entiendo… Sí, esta noche.
Aprieta el botón de fin de llamada, y el ruido de los motores al ponerse en
marcha me sobresalta. Mac debe de estar arriba, en el puente de mando.
—Hora de volver —dice Christian, y me besa una vez más mientras me
coloca de nuevo el chaleco salvavidas.
Cuando volvemos al puerto deportivo, con el sol a nuestra espalda
poniéndose en el horizonte, pienso en esta tarde maravillosa. Bajo la atenta y paciente
tutela de Christian, he estibado una vela mayor, un foque y una vela balón, y he
aprendido a hacer un nudo cuadrado, un ballestrinque y un nudo margarita. Él ha
mantenido los labios prietos durante toda la clase.
—Puede que un día de estos te ate a ti —mascullo en tono gruñón.
Él tuerce el gesto, divertido.
—Primero tendrá que atraparme, señorita Steele.
Sus palabras me traen a la cabeza la imagen de él persiguiéndome por todo
el apartamento, la excitación, y después sus espantosas consecuencias. Frunzo el ceño
y me estremezco. Después de aquello, le dejé.
¿Le dejaría otra vez ahora que ha reconocido que me quiere? Levanto la
vista hacia sus claros ojos grises. ¿Sería capaz de dejarle otra vez… me hiciera lo que
me hiciese? ¿Podría traicionarle de ese modo? No. No creo que pudiera.
Me ha dado otro completo tour por este magnífico barco, explicándome
todos los detalles del diseño, las técnicas innovadoras y los materiales de alta calidad
que se utilizaron para construirlo. Recuerdo aquella primera entrevista, cuando le
conocí. Entonces descubrí ya su pasión por los barcos. Creí que reservaba su entrega
incondicional a los cargueros transoceánicos que construye su empresa… pero no,
también los elegantes catamaranes de encanto tan sensual.
Y, por supuesto, me ha hecho el amor con dulzura, sin prisas. Recuerdo mi
cuerpo arqueado y anhelante bajo sus expertas manos. Es un amante excepcional, de